21/12/11

GUIA DE EMERGENCIA PARA LA NAVIDAD


No sé quien debe tener más miedo: si el Sr. Pavo o tú.


GUIA DE EMERGENCIA PARA LA NAVIDAD.

Un pavo para nosotros, con una copas de vino al fuego de la chimenea en una fría noche navideña…

Todo parece perfecto.

Todo es perfecto.

Hasta que al acabar el pavo alguien grita en estado de éxtasis:

- ¡Comamos ahora el marisco!

Y tú que ya te habías quedado bien con el primer plato… a comer el segundo plato…

A continuación oyes que alguien te pregunta:

- ¿Pero no comes los aperitivos estos de aquí que hay para acompañar a los platos? ¿Es que no tienes hambre?

Decides poner cara de hambre, para no desentonar, y sonriendo respondes:

- Pues comamos, comamos. ¡Comamos! Comamos todos con alegría.

- Y bebamos, que sino no puedo tragar la comida.

Acabado ese suplicio y ahora que todavía puedes moverte algo, creyendo que la odisea llega a su fin… ¡Aparece el tercer plato!

- ¿Alguien me ha preguntado si no he comido en un año? ¡Porque yo suelo comer todos los días!

- ¡Venga, haz un esfuerzo! ¡Que estamos en Navidad!

- Bueno, pero acércame el teléfono móvil que quiero tener cerca el número de emergencias.

En España tenemos una tradición navideña: al acabar de comer, al final, sacamos los turrones (almendra picada con azúcar, miel y aditivos. Puede ser duro, blando, de chocolate y de sabores varios).

Esa expresión que puede significar llevar a la mesa un alimento más en verdad tiene trampa. Significa que sí que hay turrones pero también polvorones, acuérdate de los alfanjores, no te olvides de los mantecados, coge los frutos secos (ciruelas pasas, higos, uvas pasas, orejones, etc.) que le gustan a tu abuela y agarra tú las semillas oleaginosas (nueces, almendras, avellanas, pistachos, piñones, anacardos, etc.) que yo ya no tengo manos para llevar tantas cosas.

- ¡La madre del cordero!

- ¡No, que el cordero es para mañana! ¿O te has quedado con hambre?


Escena típica navideña en los países del primer mundo donde tenemos la “suerte” de comer hasta reventar. Y lo raro es que no nos morimos.

De momento, claro. Adivina en qué parte del planeta se encuentran los más obesos, los que tienen diabetes y lo que más se mueren por infartos varios. ¡Acertaste!

Pero como no sucede al instante parece que no guarda ninguna correlación.

Que si quieres morir feliz comiendo ya sabes… Eres libre de hacer lo que quieras con tu vida.

Por eso esta entrada está dirigida a aquellas personas que no quieren morir felizmente comiendo sino que prefieren continuar viviendo y respirando después de las Navidades.

Como muchas veces no se sabe qué hacer en estos casos se me ha ocurrido el sugerente título de:


GUIA DE EMERGENCIA PARA LA NAVIDAD.

Esta es una guía que puede utilizar cualquier persona con manos, ojos, pequeño cerebro sin serrín que funcione y que sepa leer.

También se puede leer con los pies si tienes esa habilidad al tener las manos ocupadas rascándote la barriga.

Y si eres tan amable de leérsela a algún invidente pues tendrás un amigo para toda la vida.

Una vez leída si no lo aplicas es como si no lo hubieras leído. Por eso mismo, si no piensas hacer nada de lo que cuento mejor no lo leas y vete a perder el tiempo con la televisión.

Un momento, ¿cómo vas a saber si lo que escribo es conveniente para ti si no lo lees antes?

Apaga la televisión, apaga. O pon el mute unos minutos, lo que prefieras. Que si se lee poco en el mundo es por el ruido que hace la televisión que no te deja concentrarte.

¡Que esto es una guía de emergencias! ¡Y es interesante que lo leas antes de que el señor pavo acabe en tu estómago!

A continuación voy a exponer 5 opciones que pueden darse. Léelas con atención, reflexiona sobre ellas y escoge la que te parezca más conveniente.

Después te contaré soluciones desatascadoras para tu estómago e intestinos sin necesidad de meter el palo de la fregona.

Así que empezamos. Estas son las opciones:


1.      Opción todo me da igual:

 Esta es la opción en el caso de que te quieras suicidar nutricionalmente. Si todo te da igual pues ya sabes: a comer y beber como si mañana se acabara el mundo.

Morir con la barriga llena te da satisfacción y felicidad, ¿verdad?

Homer Simpson es tu ídolo y tratas de igualar esa atractiva barriga con las abdominales hacia afuera.



Aunque también es verdad que este señor es simpático:


Mi único consejo en este caso es hacer el testamento. No fuera que ya estuvieses enfermo y estos excesos te ayudasen a dejar de fumar. Definitivamente, me refiero.

No querrás que tu familia además de estar triste por tu muerte también se pelee por tu herencia. ¡Que tu muerte no sea motivo de la desunión familiar!

¿Y qué pasa si en el fondo, muy en el fondo, sólo quieres maltratar un poco a tu cuerpo pero sin dejar de existir?

Pues de momento no sé cómo se hacen los milagros. Pero puedes preguntarle al gordo este de Papa Noel (al que le hacía yo una buena dieta):

 
o los Reyes Majos:
 

Trata de hacer las soluciones del final y rezar mucho. Lo que sabes y lo que no sabes. Quizás con un poco de suerte…


2.   Opción me cuido un poco:

 

Si eres de las personas que se cuidan un poco ya vamos mejorando respecto a la primera opción.

En este caso tratarás de mirar un poco qué es lo que comes y qué es lo que bebes.

Tu elección está basada en la prudencia pues sabes que si no te excedes después de la Navidad tendrás menos problemas de sobrepeso y de salud en general.

El buen uso de la sensatez te diferencia de la primera opción.

También eres de los que piensan que la vida es demasiado corta como para no aprovecharla con estos placeres gastronómicos.

Y seguramente tendrás remordimientos después de algún que otro exceso lo cual hace que las siguientes veces que tengas que alimentarte lo hagas con cautela y precaución aplicando esa cordura que perdió nuestro amigo Homer Simpson en algún momento.


3.    Opción me cuido mucho:
 

Tu caso es el de una persona que o bien necesita su cuerpo para trabajar (deportista, modelo, actor, etc.) o bien eres consciente de que no es más sabio quien más adelgaza sino quien menos engorda.

Interesante frase que te aplicas siempre haciendo tuya la prevención.

Y previniendo lo que haces es escoger con cuidado aquello que vas a comer y beber.

Eres de esas personas que han aprendido de las Navidades pasadas y no quieren volver a repetir los mismos errores.

Sabes que no todos los alimentos son iguales ni en composición ni en calorías ni se digieren igual ni tienen el mismo valor nutricional.

Prefieres comer alimentos que te nutran aunque sean pocos o de una clase concreta como proteínas (carnes, pescados, marisco) y abstenerte del resto.

Cuidas la calidad y la cantidad.

Tu salud bien lo vale.


4.    Opción soy vegetariano moderado;


 

Si eres un vegetariano moderado durante todo el año te alimentarás así excepto cuando estés de vacaciones o celebres la Navidad o en algún momento puntual donde comerás igual que el resto de los mortales y sobrevivirás después.

Eso significa que tu mentalidad es flexible y entiendes que vivir en esta sociedad rodeado de personas que no son vegetarianas no es un problema.

Puedes adaptarte a esas circunstancias excepcionales por lo que tu familia y tus amigos te lo agradecen al no tener que complicarles las cosas. Sobre todo si vas a comer a sus casas.

Esta tolerancia y prudencia respecto a tu actitud mental te permite pequeños excesos en momentos puntuales sabiendo que después todo volverá a la normalidad.

Por eso mismo vives la vida de forma tranquila y relajada.


5.    Opción soy vegetariano estricto:

 

Esta última opción es la de personas muy informadas y con amplios conocimientos nutricionales que valoran el equilibrio y la armonía continua como el bien más preciado en su vida.

Tan importante es la nutrición como la ética de no maltratar a los animales por lo que tu comportamiento diario está encaminado en esa dirección.

Para ti la salud no tiene precio. Y sabes que la salud comienza cada vez que te nutres.

Algunas personas también utilizan esta opción porque necesitan su cuerpo para trabajar (deportista, modelo, actor, etc.) y son muy disciplinados en su vida.

Esta rigurosidad quizás te lleve a perderte ciertos momentos de gula y desenfreno. Pero tampoco tiene para ti la más mínima importancia ya que valoras más ese estado de salud continuo que tienes al placer momentáneo gastronómico.

Tu disciplina diaria hace que afrontes la Navidad con la tranquilidad de saber que tu entorno te entiende y te respeta no obligándote a comer alimentos que no se corresponden a tu estilo de vida.


Soluciones para sobrevivir a las Navidades:
 
Debido a que las 5 opciones tienen soluciones comunes he optado por no dividirlas individualmente.

Lo mejor de todo es que las leas y te apliques la que consideres que mejor puede ir a tu situación personal.

Aquí las tienes todas:

  • Que la Navidad no empiece el 1 de diciembre: como hace un año que comiste los productos típicos de Navidad te hace ilusión y, sobre todo, se te hace la boca agua. Añade la publicidad en la televisión, en la radio, en Internet, en los centros comerciales… ¿Quién se puede resistir? ¡Pues tú deberás hacerlo si no quieres empezar mal! Piensa lo siguiente: te estás reservando para el gran momento de la Navidad. ¡Saca tu fuerza de donde sea y ten paciencia! Un buen truco es no comprar antes de tiempo. Y si lo compras guárdalo en lugar seguro y a prueba de glotones.
  • Que la Navidad no acabe el 31 de enero: si eres de los que han comprado cantidades ingentes de comida y te ha sobrado como media tonelada… ¡Compártela! Con la familia, los amigos, los vecinos o mejor aún: llévala a un centro de asistencia de personas sin recursos y que ellos también celebren la Navidad aunque sea con unos días de retraso. No pienses en el dinero que te ha costado sino en tu salud futura. En que si te comes toda la comida sobrante tu salud se resentirá. Y aprende para el próximo año a no comprar tantos alimentos.
  • Un truco para los dulces de Navidad que te sobran si no quieres regalarlos: este truco se compone de dos pasos. Eso significa que antes de llegar al segundo paso tienes que haber pasado por el primero. Y en el primero es esencial que recuperes el peso de antes de las Navidades. Si también puedes desintoxicar tu cuerpo mejor. Una vez que hayas perdido ese peso ganado por los excesos navideños puedes hacer el segundo paso. Éste consiste en comerte esos dulces de Navidad sobrantes como excepciones. Es decir, de lunes a viernes tu nutrición es sana, correcta y equilibrada en función de tu estilo de vida y el fin de semana te permites una excepción, que será comer un poco de aquellos. De tal manera que el lunes siguiente (y el martes hasta el viernes) vuelves de nuevo a tu rutina, a tu hábito de nutrirte de una forma sana. Así darás tiempo a tu organismo a que pueda perder el nuevo peso ganado por esa excepción de los fines de semana a la vez que desintoxicarse mínimamente.
  • Atención a las comidas de empresa, comidas con los amigos, con los compañeros de trabajo y cumpleaños en Diciembre: en estas fechas es normal realizar todos estos eventos sociales. Pero debido a la proximidad de las Navidades deberías controlar la cantidad de alimentos ingeridos. Con eso será suficiente. Para lograrlo al final no debes estar saciado completamente. Lo lograrás si no repites de nada, si comes lo justo y si evitas el postre.
  • Cuidado con los niños y los ancianos: el abuso de la comida afectará a todos pero los niños que están en desarrollo y los ancianos que normalmente tienen una salud más delicada verán sus efectos más rápido que el resto de personas. Cuidar su salud es moderar el consumo abusivo. Para lograrlo hay que controlar la cantidad, las raciones de alimentos. Preguntarles cómo se encuentran en todo momento y, lógicamente, ofrecerles menos cantidad diciéndoles que pueden repetir. La realidad nos mostrará que se saciarán antes y no será necesario.
  • Si dudas de que la prevención sea tu mejor arma reflexiona: piensa que en 7 ó 15 días, en función de lo que comas, puedes ganar un sobrepeso del que tardarás a eliminar 2, 3 ó 4 meses.
  • Curso rápido de combinación de alimentos perfecta: no mezcles la proteína (carnes, pescados, huevos y marisco) con los hidratos de carbono (cereales, legumbres, pan, pasta). Procura comer de una misma clase de alimento: o proteína o hidratos de carbono. Aunque el alcohol retrasa la digestión si bebes con moderación tu cuerpo no sufrirá tanto. Si no tienes costumbre de beber hazlo sólo para brindar. Si no tomas postre ni turrones facilitarás la digestión. Al pasar 2 horas puedes tomarlos con tranquilidad acompañados con algo de alcohol. Estos consejos son en el supuesto de que seas una persona que se cuida mucho o un vegetariano estricto.
  • Facilita mucho la digestión si no tomas postre ni turrones al final de la comida: sí, ya sé que parece un sacrilegio. Pero no pasa nada si al acabar de comer esperamos 2 horas para que se haga la digestión (que hablando y con buena compañía se pasarán rápidamente) y luego tomamos los dulces de Navidad brindando con alcohol o refrescos. En caso contrario, si lo comes todo junto, la mezcla hará que la digestión suba a las 3 y 4 horas o más (dependiendo de los casos) con los riesgos que más adelante te comentaré.
  • Controla la cantidad de salsas: no te voy a pedir que no tomes salsas pero sí que controles su cantidad. Piensa que cuanta menos salsa tenga la comida más fácil y en menos tiempo será la digestión. Mi consejo es no tomar limón en las comidas ya que la fruta no es compatible con nada y debe tomarse sola. Como siempre queda a tu criterio.
  • Controla la cantidad de comida en Navidad: esto es obvio pero tenía que escribirlo. Si vigilas el tamaño de la ración que te sirves y no repites tendrás ganado mucho a tu favor. Estas haciendo tuya la prevención. Para lograrlo tendrás que vencer a la gula cuyas principales armas son: tener mucha hambre, la vista y el olfato.
  • Planifica con antelación: si planificas tus comidas con antelación te permitirás seleccionar tanto los alimentos como los ingredientes que se utilizarán en su preparación. Si lo dejas todo para el último día las prisas te impedirán aportar este extra para mejorar sus cualidades nutricionales. Planificar con antelación es prevenir lo que pueda ser prevenido. De esta forma también evitarás a la ansiedad que puede aparecer cuando algo no está bajo control.
  • La gran importancia del agua: debido a que los días festivos no beberás mucho agua (sólo la necesaria para que no todo sea alcohol combinándola con refrescos) deberías beber antes de las grandes comidas (por la mañana, por ejemplo, o por la tarde si la gran comida es para cenar) entre 2 y 3 litros. Sí, ya sé que irás al lavabo muy a menudo pero recuerda que gracias a esta agua tu cuerpo soportará mejor los excesos y permitirás dos cosas: que la digestión sea un poco menos pesada y tu cuerpo tendrá la hidratación suficiente para que cuando te duermas comience la desintoxicación. Eso sí: no esperes milagros del agua. Los milagros tienes que hacerlos tú con tu comportamiento.
  • Cuidado con el alcohol: es mejor acompañar al alcohol con refrescos (preferiblemente no azucarados) y agua para beber de todo un poco. Si sólo bebes alcohol estarás ingiriendo muchas calorías extras que ya sabes en qué se convertirán si no las quemas andando, bailando o con la pareja haciendo ya sabes qué: en grasa. Y si no tienes costumbre de beber recuerda lo que ya he comentado: hazlo sólo para brindar.
  • Vigilando al alcohol no te descuides de los refrescos azucarados y con gas: trata de combinarlos con agua o con refrescos sin azúcar. Evita la leche y los zumos de frutas. Es que hay países que comen con leche o zumos de frutas pensando que se así se alimentan mejor y el efecto logrado es todo el contrario. Hablaré de ello en otra entrada.
  • Efectos secundarios de los excesos en la comida: brevemente te cuento que puedes tener un empacho, una acidez o ardor de estómago, una digestión pesada y en casos más graves diarreas, náuseas, vómitos, inflamación del estómago (gastritis) o una inflamación de la vesícula biliar (colecistitis).
  • Efectos secundarios de los excesos del alcohol: una resaca es lo normal. La ingesta excesiva de alcohol puede dar lugar a una inflamación del páncreas (pancreatitis aguda), accidentes de tráfico, reducción de la frecuencia respiratoria y de la cardiaca, afecta al cerebro, accidentes domésticos, caídas, ahogamientos, coma etílico y muerte.
  • Si quieres comer menos cantidad de comida come despacio y mastica bien: este truco en bien sencillo de hacer. Y comerás menos no porque vayas más despacio (que también) sino porque activarás una hormona que se encarga de la sensación del hambre. Si comes rápido y con ansiedad no se activará y al final no te saciarás. Es más, al cabo del rato tendrás hambre. Así que recuerda esto: come despacio y mastica bien los alimentos. 
  • Si no puedes comer despacio masticando bien los alimentos habla mucho: si te es imposible comer despacio lo mejor es que después de comer un poco hables con tus acompañantes mientras ellos comen. Les das conversación y tú comes menos. Vas intercalando tu comida entre tus discursos. Recuerda cuando eras pequeño y tus padres no te dejaban hablar mientras comías. Pues ahora es el momento de hablar más que de comer. De esta forma te obligarás a comer menos cantidad de comida y tu mente estará distraída.
  • Acompaña a las proteínas o a los hidratos de carbono de ensaladas y verduras: si lo haces lograrás complementar esa comida con alimentos con fibra, una gran cantidad de agua biológica y orgánica, vitaminas y minerales a la vez que te sacias logrando que las grasas saturadas de las carnes no saturen excesivamente a tu cuerpo.  
  • Piensa en una despensa con llave y que la guarde otra persona que no seas tú: si después de leer estos consejos no tienes fuerza de voluntad para hacerlos sigue este consejo: guarda en la despensa todos los dulces de Navidad y aquella comida extra que no tienes habitualmente en tu casa. Dale la llave a alguien de tu familia. ¡Pero acuérdate de cerrar primero la puerta! De esta forma te asegurarás de comer esos alimentos con muchas calorías cuando sea su momento y nunca antes.
  • No abuses del tabaco especialmente estos días: de hecho no deberías fumar nunca pero si lo haces en estas fechas piensa que vas a sobrecargar tu organismo con unos alimentos que no comes habitualmente por lo que lo inteligente será no sobrecargarlo aún más con un tóxico como es el tabaco. La clave vuelve a ser la moderación. Si fumas 4 cigarrillos fuma 2 ó 1, lo justo para quitarte la necesidad.
  • Los días anteriores a las grandes comidas navideñas: el no comer nada para reservarse es lo peor que puedes hacer. Aprende de una vez por todas qué alimentos tienen tan pocas calorías que las gastarás al acabar ese día. Esos alimentos son: frutas (no mezclar las ácidas con las dulces), ensaladas (aliñadas con aceite de oliva virgen extra sin vinagre, sin limón y sin sal) y verduras a ser posibles ecológicos. Si lo cocinas al vapor mejor. Evitar los fritos en aceite, los rebozados y los empanados. Puedes acompañarlo de pescados azules mejor que de carnes. Pero si escoges carnes que sean blancas: pollo, pavo, conejo. Y no tomes ni fruta ni nada de postre al final de las comidas. La fruta por la mañana en ayunas o a media tarde pero siempre fuera de las comidas.
  • Los días posteriores a las grandes comidas navideñas: si te notas pesado y te sientes como el muñeco de Michelín tendrás que aplicar el principio de compensación: como has ingerido muchas calorías ahora te toca consumir pocas para equilibrar y perder lo ganado. Para ello lo mejor es seguir con lo que he comentado en el consejo anterior pero añadiendo alimentos purificadores.
  • Como alimentarse después de la gran odisea navideña: mi consejo es que realices 5 comidas al día: desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cena. Saltarse una de ellas no te servirá más que para empeorar las cosas. Cuando tu cuerpo se da cuenta que no comes durante un tiempo optimiza al máximo la comida que ingieras las próximas veces. Como no sabe si habrá más comida guarda todo lo que puede en las reservas (que eso es la grasa). Por eso debes comer 5 comidas. De esta forma las calorías ingeridas tendrán una continuidad y cuando se agoten durante el día tu cuerpo de forma normal utilizará la grasa que te sobra (primero el glucógeno y luego la grasa del cuerpo).
  • Evitar comer entre horas: si realizas esas 5 comidas al día no tendrás la necesidad de comer entre horas porque tu organismo estará correctamente nutrido. No tendrás hambre a no ser que tengas ansiedad. En este caso ya nos encontramos ante un problema cuya causa debe ser tratada inmediatamente. Este consejo de evitar comer entre horas tendrías que llevarlo a cabo tanto antes, como durante y después de las Navidades. Si tienes ese hábito es un claro indicio de que tu nutrición no está equilibrada y que pasas más hambre que el perro de un cómico. Y si no pasas hambre o tienes esa mala costumbre o tienes gula.
  • Alimentos purificadores: los llamo purificadores porque ayudarán a limpiar tu cuerpo de grasa y de toxinas. Otros ayudan a acelerar el metabolismo con lo que se quemarán calorías con mayor rapidez que si no se tomaran. Recuerda que lo principal es la comida y estos alimentos los puedes incluir dentro de las mismas o fuera como si fueran un complemento. En este último caso los puedes utilizar a media mañana o como merienda, por ejemplo. En otras entradas hablaré de ellos. Son: algas (en verdura o en pastilla), el ajo, la cebolla, la col, la lechuga, el limón, el kéfir, la manzana, el tomillo, el saúco, la manzanilla, el té verde, la uva, la zanahoria, el apio, el rábano, la remolacha, la canela (tomar una infusión y añadir un poco de canela), la cúrcuma (también puede ser tomada con una infusión igual que la canela), la piña, acelgas, puerro, alcachofas, perejil, brócoli, calabaza, calabacín, ciruelas, escarola, espárragos, pepino, pera, pimientos, pomelo, sandía y papaya.
  • Alimentos perjudiciales: estos alimentos no se deberían tomar normalmente y menos ahora si quieres recuperar tu peso y desintoxicar tu organismo. Son los siguientes: leche de vaca (ni de ningún animal), café, , refrescos azucarados y con gas, alcohol, tabaco, sal, azúcar, pan blanco, carne de cerdo y embutidos (y en general la grasa saturada animal, en especial las carnes rojas), el chocolate, comida precocinada y helados. Si después de limpiar durante un tiempo tu cuerpo deseas volver a introducirlos en tu alimentación me parece una mala idea pero tú decides en tu vida.
  • El ayuno: dentro de la nutrición higienista existe un recurso que permite desintoxicar y adelgazar a nuestro cuerpo: el ayuno. Mi consejo es que si ya lo has practicado puedes volver a hacerlo después de los excesos. Pero si nunca has hecho uno no lo intentes ahora. Mejor cuando tengas más información y si, además, puedes tener un asesoramiento mejor. En otra entrada hablaré sobre el ayuno.
  • Mantén perfectamente hidratado tu cuerpo después de las Navidades: plantéate no beber alcohol ni refrescos azucarados y con gas hasta que no hayas eliminado los excesos cometidos. Si no lo haces así tu cuerpo acumulará los excesos navideños y los excesos posteriores a la Navidad. El no dar descanso a tu organismo lo llevará a la enfermedad tarde o temprano. Ahora necesitas permitir la desintoxicación y la hidratación es fundamental. Bebe agua, zumos de frutas fuera de las comidas (en especial zumo de limón en ayunas con agua y sin azúcar. Acuérdate de tomarlo con una pajita para no deteriorar el esmalte de tus dientes), infusiones de plantas medicinales (manzanilla que limpia el estómago, tomillo, saúco, etc.) y caldo vegetal.
  • Curso rápido para la preparación de un caldo vegetal según la nutrición higienista: en otra entrada hablaré de él. Ahora resumiré lo esencial para que puedas utilizarlo. Necesitas estos ingredientes: cebollas, ajos, puerros, perejil, apio, alcachofas y zanahorias. Si son ecológicos mejor. Lava todos los productos, trocéalos lo más pequeños que puedas cortarlos e introdúcelos en una cazuela grande. Añadir un litro o dos de agua (en función de la cantidad de ingredientes que se tengan) y cocerlo a fuego medio. Cuando comience a hervir bajar el fuego al mínimo. Después de media hora a fuego lento toda la sustancia de estos productos naturales estará en el agua. Una vez enfriado se cuela y se puede guardar el líquido en una botella o en una jarra (preferiblemente de cristal) y en la nevera para no perder sus propiedades. Es muy importante no añadir sal para que la desintoxicación sea lo más potente posible (estos alimentos ya llevan la cantidad adecuada de sodio y potasio en unas cantidades equilibradas. Cosas de la Naturaleza). Tomar el caldo vegetal bien como entrante de la comida y de la cena (1 vaso) o bien como complemento nutricional (2 vasos en ayunas, 2 vasos antes de comer, 15 minutos antes, y 2 vasos antes de cenar, 15 minutos antes). Si deseas acelerar aún más la desintoxicación de tu cuerpo y la quema de calorías prueba esto: 2 vasos en ayunas, 2 vasos a media mañana, 2 vasos antes de comer, 15 minutos antes, 2 vasos para merendar y 2 vasos antes de cenar, 15 minutos antes acompañado de ejercicio: caminar cada día a paso ligero entre 30 minutos y 1 hora o ir al gimnasio 2 – 3 horas cada día. No es un ayuno por lo que deberás realizar las 5 comidas que te he indicado antes intercalando el caldo vegetal. Pruébalo entre 2 semanas y un mes. Luego me cuentas. Después recuperas tu nutrición habitual.
  • Hacer ejercicio siempre ayuda a tu organismo tanto a quemar calorías como a desintoxicarse: Si vas al gimnasio con regularidad poco a poco lograrás que tu cuerpo se recupere y vuelva a la normalidad. Estás en el buen camino. Si nunca te has apuntado a un gimnasio sé realista y no lo hagas ahora: perderás el tiempo y el dinero. Puedes hacer ejercicio andando a un paso ligero. Cuanto más andes más grasa quemarás. Mínimo media hora. Máximo lo que tu cuerpo te permita realizar. Empieza con poco tiempo y vete incrementándolo según tus condiciones físicas. También fortalecerás las piernas, facilitarás a tus abdominales a que se muevan un poco y ayudarás a tu metabolismo para que haga su trabajo. Si en un momento dado te quieres apuntar a un gimnasio solicita la ayuda de un entrenador para evitar que te lesiones. Y ten constancia y perseverancia.
  • Si nada de estos consejos quieres ahora seguir un propósito para Año Nuevo puedes pedir: aprender a nutrirte para saber qué comer en todo momento y no perder la salud si la tienes o recuperarla si la perdiste. Saber cómo hacerlo es lo mejor que le puedes pedir al Año Nuevo. Léeme en este blog y te ayudaré en todo lo que pueda.
  • Disfruta de la comida, la bebida y la compañía: sin complejos y sin remordimientos. Decidas lo que decidas disfruta del momento con los tuyos. La vida son 4 días y uno lo pasamos durmiendo y el otro trabajando (quien tenga esa suerte). O, como dijo el filósofo: vive alegre y contento, que la vida dura un momento. Y después asume las consecuencias de aquello que hayas elegido: si escogiste cuidarte mucho poco o nada tendrás que hacer. Si escogiste cuidarte un poco bastante tendrás que hacer. Y si nada has decidido cuidartemucha suerte te deseo.

Aquí finaliza la guía de emergencias para la Navidad.

Espero que te hayas divertido un poco. Y si alguno de esos consejos te ha sido útil me alegraré de haberte podido ayudar.

Si consideras que esta guía puede ser de interés para un amigo/a tuyo/a puedes enviarle el enlace siguiente a su correo electrónico:


O me escribes un correo electrónico, me dejas el e-mail de tu amigo/a y yo se lo envío.

Gracias por leerme.

Un saludo y feliz Año Nuevo 2012.


JOSE, nutricionista higienista.


PD 1: Para hacer esta entrada no he bebido nada de alcohol. Creo.

PD 2: Durante los próximos días no escribiré ninguna entrada. No porque esté de vacaciones sino porque de tanto escribir no siento los dedos. Y si sé que están en las manos es porque los veo ahí, que no se caen. ¿A alguien le sobran unos dedos?

PD 3: Puedes leer este artículo en inglés en:



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